lunes, 30 de diciembre de 2019

Hipersensibilidad de la madre que se siente despreciada

Sé que soy melodramática y que a la una de la mañana me mandó un wasá para ver si había llegado, pero mijita también me hace sentir poca cosa y último orejón del tarro. Ya sé que es normal y hasta saludable que no me cuente sus cosas obligatoriamente pero ¿es necesario que se las cuente a sus amigas delante mío y fingiendo que no estoy ahí, confiando en que seré discreta y no haré ni medio comentario, apostando a que elegiré mi imagen de madre ubicada y no absorvente? Porque no sabe cómo me muero por hacer una pataleta. Cuando al rato me contesta que me quedé en el siglo pasado porque prefiero irme en bondi o buscar un remis en vez de pedir un uber. ¿Qué necesidad hay de humillarme? Claro que no lo hizo en público pero, estando las dos solas esperando en la vereda de La Herrería que den sala para ver actuar a su novia, ¿por qué no puede colgarse de mi brazo o contarme lo que hizo hoy o aclararme eso que le contó a las amigas hace un rato sobre sus vacaciones? ¿Por qué no puede entender mi necesidad de afecto físico y verbal?

domingo, 29 de diciembre de 2019

Pensemos en la libertad

Sabés que uno de los efectos colaterales del "nadie me quiere" y el "a nadie le importa lo que hago" es que me encuentro planeando cosas como irme a México en junio y a León, España en agosto sin sentir ninguna culpa ni necesidad de esperar a nadie. No se me ocurre planearlo con nadie y si pienso en compañía es alternativa y no imprescindible. No sé si descubrirlo y anotarlo me hace tremendamente feliz o me devuelve a la confortable zona culposa.

Componer blues

Es un proyecto que mastico desde que supe que podía componer. Siempre me pareció imposible que no existieran más blues en castellano y me enojan los con olor a bolas de los rockeros argentinos. Solo quedaban las Blancanblus. Así que tengo listo uno que se llama "El blues de lawela", claro, el primero, y un intento anterior que retomaré, que habla del Capitán Garfio y los pterpanes y niñies perdides que no quieren crecer. Todo muy autobiográfico: yo soy Garfio, ofcors.

Dos dolores cuando me deprimo

Tengo momentos en que veo todo mal: nadie me quiere, nadie me conoce, nadie tiene ganas de estar todo el día conmigo y escuchar todas mis ideas y canciones geniales. Dicen que no está bien mi deseo de amor como fusión con el otre. Pero me chupa una teta la opinión de les profesionales de la salud. Cuando me pongo a pensar qué exactamente me haría feliz, pienso en Silvana y en Rafael. Mi hijo menor, el que aún vive conmigo, y mi mejor amiga, no deberían lastimarme con sus desprecios y olvidos. Claro, ambos me tratan como madre y no como persona, ambos ven en mí la fortaleza y no la debilidad, el hinchabolismo y no la necesidad de compañía y comprensión. Siempre me pregunto por qué mis hijes no logran tenerme pena. Y me río porque sé la respuesta y me enorgullece aunque los extrañe. A la forra de mi amiga, en cambio, no le perdono hacerse la pendeja y ocultarse de mí cuando está haciendo cagadas y no quiere testigos.

Creí que era para siempre

Sigo llorando porque no puedo compartirme plenamente con nadie. Extraño horrores a la forra de Silvana pero ya entendí que ella no se sentía conmigo tan plena ni confiada como yo con ella, que durante seis años me llevó la correinte pero, lo dijo ella cuando decidió incomunicarse, "nunca pasó al plano de poderlo contar todo". LLevo meses pensando que ella intentó tener una amistad más lingth, que desde que NO vino conmigo a España ni me dejaba hablarle de frente de algunos temas, ni me contaba sus sesiones de terapia y me quería convencer de cosas sobre sus chongos que sabía que yo no me comía ni en pedo, íbamos hacia el final. Porque ella sabía que decirme "te quiero" por feis y por wasap nunca tuvo sentido para mí, que esconderse cuando tenía kilombos o convencerme a mí de que dejar a su novio era porque el pobre chabón "no la tenía en cuenta" cuando yo veía paso a paso toda su relación, era imposible. Y siempre me pasa lo mismo: mis amistades mueren por sobredosis, no se bancan que no las juzgue, que yo acepte lo que ni ellas mismas son capaces de reconocer en sí mismas. Muerte por sincericidio. Qué paja. Pero me voy asumiendo sola sola. Y valorando los contactos parciales. Los amores de a ratos y para ciertas actividades. No buscar la fusión total.

Qué año loco el 2019

No puedo decirlo en otros lados porque se supone que, políticamente, en la Argentina, fue un año de mierda con la macricrisis y esas boludeces inventadas y repetidas masivamente, y porque, personalemente, estuve sufriendo todo el año por jubilarme y trabajando como una mula en escuelas donde he odiado más que nunca a mis colegues y sus pelotudeces. Pero ahora que lo miro para atrás, qué año, por dior!!!! Es verdad que sufrí los ataques de presión y de depresión, que me sentí más sola que nunca porque la forra de Silvana, en quien puse toda mi amistad y confianza dejó de hablarme directamente desde marzo más o menos, pero hice tantas cosas,.. fui feliz en tantos momentos y ahora, como si lo graficara en mi cuerpa, me siento genial con mis pelitos cortitos y canosos y mis planes para escribir tantas cosas en mi piel y mi metida de cabeza en el flamenco tan visceral y jodido como siempre soñé... Y mi guitarra y componer blues... y esta notbook sobre la que empecé a escribir hoy porque quiero dedicarme de cabeza y de culo a terminar mis novelas y cuentos y poemas... Y ya mi fecha de jubilación : 1 de abril!!!!!

Cortarme el pelo y tatuarme el dedo















sábado, 26 de octubre de 2019

Me habló todo esto

Hoy Rafa entró a mi pieza a la mañana, se sentó en mi cama, me dijo que le mirara la cabeza, me dijo: "Perdón, má, que te moleste, ¿te fijás si me corté bien acá? Tengo que ir a trabajar y me corté con tijera el pelo. ¿Acá me quedó prolijo?" Ni se te ocurra, vieja, preguntar nada. Anotá solamente lo que te dan y dejá ser.

domingo, 8 de septiembre de 2019

Cantautora y aniversarios

El viernes pasado cumplí con mi debut público, en espacio amado y dentro de ciclo feminista. Esta semana se cumple un año de mi viaje a España. Y un año de que no menstruo. Sigo trabajando en escuelas y la jubilación y recibirme en Letras han quedado para moño del 2020. Siento que estoy en el medio de donde siempre quise estar: con tiempo para mí (a pesar del lastre escolar) y una potencia creativa que recién se despliega. Me falta darle cause a "mis" (ese plural mortal) novelas iniciadas y a mis cuentos y me gustaría tener el amor de una (al menos) persona para la cual yo no sea una vergüenza maternal o una amiga competitiva. Es rara la hermosa sensación de "ya logré" y además quiero más.

El mismo hijo del que te hablaba antes

De repente llega y me dice que la gata está meando adentro y que él ya la retó y que hay que hacer algo porque él ya está podrido. Y a la mitad de este discurso choto pero que, en nuestro código interno, significa que le importan les otres seres de la casa, se desvía y agrega que ya aprenderá y que seguro lo hace porque tiene frío. Y al rato me pregunta el código postal y otros datos y yo sé que son sus intentos de comunicación después de que llevo días sin decirle ni mú porque todavía estoy enojada desde la última vez que se puso a gritarme su frustración en la cara y a patear mis macetas y a decirme que deje de teñirme el pelo de fucsia porque no sé qué relación tiene eso con su forma de relacionarse conmigo (????). Y yo le consteto lo más neutral que puedo, porque si me levanto del escritorio y voy hacia donde está él seguro que se gede o me mira con mala cara. Y me quedo pensando que no entiendo cómo es esto de ser madre de adultes que no asumen que lo son o se confunden o no sé qué mierda de rol materno que no coincide con mis expectativas de agradecimiento y reconocimiento a la labor ya cumplida.

Mijo menor no me habla

Nunca sé si anotar o no estos dolores. Si registrarlos como normalidad, como dolor mío o ignorarlos directamente. La cosa es que el único de mis hijes que vive conmigo entra y sale de la casa sin contar qué hace ni dónde ni cómo ni nada. Los últimos crucen habían sido bastante violentos porque él rechaza toda conversación que no sea iniciada por él y sobre tema fijado por él y a mí me hartan sus críticas hacia mí y mi tono de voz y sus complejitos de hijito de mamá. Así es que yo también lo esquivo y trato de pensar que está haciendo su vida y que no entiendo por qué no puede compartir nada con su madre, pero, bueno, es eso: yo no entiendo por qué. Y él ya verá qué hace.

Un año después

Hace un año que me fui a España y un año que no menstrúo. Plenopausia, le dicen ahora. Y realmente hoy me siento así: plena, redonda, pero con desbordes.

domingo, 23 de junio de 2019

No me quiere pero está bien

Mi amiga del alma, mi hermana elegida (juro que nada erótico hubo entre nosotras) no me habla hace mes y medio. Venía cortándome hace rato. Venía diciéndole que nunca le iba a perdonar no haber venido a España conmigo (pero creí que era en joda) y, en serio, venía diciéndole cosas sobre su vida y la mía que, creí, aportaban intimidad y profundidad a nuestra amistad pero que ella respondía con cosas como "No quiero opinión de nadie", "No estoy mal, estoy encerrada", "No te pongo en ningún lugar en especial, se lo cuento a todo el mundo". Muy fea la actitud. Pero así es. Compuse una canción que se llama "No existen" y habla de no pretender nunca la comunión total con nadie. En nuestro último "diálogo" de mierda por wasap (porque si hay algo que detesto es que alguien crea que "hablar" por wasap es comunicarse realmente) osó decirme "pero yo te quiero" ante mis clarificaciones. La mandé a cagar, mejor dicho, a mentirle a otre, a dejar de tratarme como a un chongue que se le dan excusas para que no fastidie. No me "habló" nunca más. Odio tener razón en estos casos.

sábado, 4 de mayo de 2019

Tengo que canalizar mi bronca

Siento tanto odio por tantas situaciones, tantos encierros, tantas agachadas, tantas traiciones, tantos olvidos y cobardías de gente en la que confié plenamente, que podría compararme con el genio de la lámpara que esperaba que alguien lo libere: los primeros 100 años prometía cumplir a su salvador todos los deseos, los segundos 100 años seguía aumentando las bondades para quien lo liberara, pero pasados 500 años juró que mataría al idiota que destapara la lámpara y diera rienda suelta a su rencor acumulado.

Lágrimas negras

Estaba cantando esta hermosa canción y deslumbrada por la variedad de ritmos con que se puede hacerla, intentando en mi guitarra el son cubano y la rumba flamenca y los arpegios, tratando de olvidarme del olvido, o de la postergación o de la suspensión o del no sé qué carajos le pasa (no le pasa) conmigo a la única persona con la que creía realmente comunicarme de igual a igual. Pero entro a este blog casi secreto y me encuentro a mí misma diciendo esto mismo hace dos meses y pico. Para que vean (vea yo) que me repito y no entiendo y que, por otro lado, no es que yo sea impaciente o demandante con les demás sino que, realmente, ella lleva mucho tiempo fallándome. O, al menos, si logro evitar el rencor y el juicio moral, lleva mucho tiempo haciendo que me ponga triste. O, al menos, no dándole alegría a mi corazón.

martes, 15 de enero de 2019

Compositora

No lo voy a decir en otro lado: compuse tres canciones de dos días. Le mandé las dos primeras a mi profe de guitarra, Emiliana, y a Sil. Emi escuchó una sola y me dijo por wasap que la emocionaba, Sil ni se dio cuenta de que eran canciones mías cuando empezó los audios, los dejó para después, se olvidó y cuando le reclamé me dijo que no se escuchaba bien y que le habían gustado musicalmente pero tenía que prestarle más atención a las letras. ¿Cómo puedo no morirme de tristeza ante tal falta de entusiasmo? Saben lo que significa este paso para mí, es imposible que no lo sepan... Y aún así... A mis hijes y a Gustavo ni les muestro porque me van a decir cosas peores. ¿Cómo puedo seguir sin compartir esto con nadie? Igual lo peor es que no puedo dejar de hacerlo. ¿La gente sabrá que necesito amor y comunicación pero que no me muero ni me detengo si no los tengo? ¿Hace falta volverse dependiente para que se aviven que les necesitás? Qué mierda. La cosa es que Emiliana, mi profe de guitarra, me dijo en nuestra primera clase del 2019 si me interesaba entrar en el capítulo de la composición. Le dije que era el sueño de la piba para mí. Una semana después (ansiedad total) me explicó cómo se arman las escalas mayores y qué es una tonalidad y cómo esos acordes se relacionan entre sí y crean una armonía. Vine a casa, inauguré cuaderno nuevo, pasé las notas de la clase y en cuando empecé a probar acordes en la guitarra, sentí que era muy fácil elegir cuáles me gustaba, en qué secuencia, ponerles un ritmo y sobre eso empezar a cantar sin laetra, solo un tarararairará. Ahí me agarró la paranoia de anotar lo que salía, de registrar por miedo a olvidarme. Hice grabación en el celu y no sé de dónde me salió una línea, unos versos, un tema que se iba desarrollando solo sobre la música. Elegí el ritmo de zamba porque es el primero que aprendí a los ocho años y tengo más metido en la cuerpa. Al ratito tenía zamba completa: "Zamba de los que dicen". Ahí me manijié con qué pasaba si cambiaba de ritmo y de tonalidad. Inventé una cosa que se llama "Um cha, um cha, umumcha". Y cuando le fui a poner canto, sin mucha conciencia, me puse a hablar de mi gata, de mi ventana y del dejarla abierta para que entre y salga a gusto (metáforas para que analice otre). Dos días después y ya con la tristeza de la nada o poca respuesta de las dos personas con quien las compartí, volví a agarrar la guitarra y tenía la cabeza y las manos llenas de mis propias creaciones. Ahí, un poco más desde la poesía escribí la letra de "Canción de ex-amor". Pero con la guitarra entre los brazos los sonidos y las palabras salían juntas, como si eligiera de un mismo banco de datos, como si un lenguaje estimulara al otro. Todavía me resulta medio increíble.

Estoy sola en esto

Muchas veces lo he dicho y lo he sentido. Con mayor o menor dolor, con mayor o menor resignación. Pero nunca me lo creía del todo o pensaba que era una etapa, algo que yo no entendía bien en la gente que me quiere, algo que yo podía arreglar. No sé, quizás cambie de opinión, pero hasta mi amiga me deja solitaria y triste. Sé que tiene su propia vida pero yo me creo que puede ser "nuestra" vida y me desilusiono cuando mi intensidad no es correspondida, cuando nadie quiere ir conmigo a ochocientos lugares donde quiero ir o cuando mis picos emotivos con la música son enfriados con comentarios pálidos. También se me ocurre que tantas veces una lee o escucha testimonios sobre la soledad del artista, del loco, del desviade, y no llega a comprender su dimensión. También pienso que exagero en todo, que nadie tiene con nadie el nivel de comunicación y comunión que yo pretendo. Que no es que no me quieran (ni mi amiga, ni mis hijes, nueris y nieta que son les que me importan) sino que mi nivel de intensidad es intolerable, que en mi carta natal se veía mi necesidad de fusión con el otre, ni deseo de perduración del amor en el tiempo. Mientras tanto escribo escribo escribo.