sábado, 20 de abril de 2024

Juerga y/o cumple

 Hoy "tenía que" ir a dos lugares. Mentira, no tenía que nada pero todavía me cuesta tanto plantear algo desde el deseo y no desde la obligación... Me habían invitado a dos lugares: por la mañana taller flamenco por bulerías con otros alumnos, todos varones, todos jóvenes, de mi profe de guitarra, con cante, percu y bailora. Por la noche cumple de la menor de les Mansa en Tortu.

Hasta ayer iba cumplir con la familia y paja ir hasta Almagro y si fuera sería por no desilusionar a mis profes. Esta mañana salí para lo de Nico y fue una maravilla. Y después me fui hasta lo de Ju y me trajo en auto y él se iba para lo de Ludmila pero yo pude notar que yo yo yo prefería bañarme y regar mis plantas y tirarme a leer. Todavía tuve que meterme excusas con perros, cuidado de casa y total nadie me necesita en ese cumple.

Creo que elegí ser más la nueva yo que quiero ser que tratar de ser "normal" y contentar a otres.

miércoles, 17 de abril de 2024

Quedate quieta

 Ayer, sin querer, aunque ya sabía de su existencia y me parecía una pedorrada, me puse a leer Ese dolor no es mío, que "las pibas" mandaron a nuestra grupa de Tarot cuyo curso de tres meses sobre Arcano mayores ha concluido.

El libro está bien: autoayuda típicamente yanqui con ejemplos de la propia vida y los viejes a Oriente que nos devuelven a casa. Explica bien las bases de las teorías de la memoria celular y del poder sanador, estructurador, concientizador del lenguaje. Pero yo quería ver si esas recetas "mágicas", tan estándar, tan facilongas, hacían algún efecto en mí que llevo toda la vida de autoobservación y escritura y hasta creo que "mi problema" es no poder vivir sin narrar la experiencia, sin hacer de todo texto.

Así que leí las partes teóricas y llegué a la parte de los ejercicios de escritura. Nada nuevo bajo el sol hasta que tuve que pensar mi "frase nuclear". No sé si logré exactamente lo que pretendía el ejercicio pero apareció algo que no antes. "Quedate quieta": repetitivo, urgente, asustado. Sé que me lo han dicho a partes iguales mi papá y mi mamá, sé que se la he dicho a mis hijes, sé que ese es el miedo que ahora, levemente pero con dolor, siento hacia mis perris: no salgan, no crucen la calle, no anden de acá para allá, es peligroso. La quietud parece ser más segura, conformarse, no cambiar, no andar a los saltos, no mariposear, pensar y luego actuar lentamente, una cosa a la vez, "progresando", no al tum tum, a la sans facon, sin alegría, con cuidado, previendolo todo, analizando las consecuencias, siendo responsables.

Por eso no confío en mis perris que salen a la vereda porque sí, a divertirse, a ver qué pasa, si ni hace falta que salgan, para qué, si está el perro malo de al lado que les puede matar, si pasan autos, si mejor quedarse echados debajo de la mesa.

Quedate quieta. Y a la vez el mote de "chanta culo" y el mandato de "hacé algo útil" y "dale, movete" y "levantate" y "Te gusta meditar la panza arriba en la catrera". Porque parece que es vergonzoso tener miedo y quedarse quieto, es mandato pero mandato vergnzante, es deseo pero deseo feo, no reconocido como deseo o miedo sino como necesidad y cuidado. Mis viejes no lo sabían, justificaban sus miedos como normales, lógicos. Yo siento el miedo (al tobogán, al subibaja) y sigo narrando para "moverme" hacia el placer porque sí.

martes, 2 de abril de 2024

Cante y carta natal

 En marzo empecé clases de cante con Nty Álvarez, la primera cantaora flamenca que conocí en evento con Silvana y Alejandra hace mil años en otra vida. Ella misma lee mi carta astral. Es muy genial. Empezamos por alegrías y ahora, por farrucas. Me hace muy feliz cantar con ella.

A veces dejo de criticarme

 Es muy placentero.

Tercer encuentro con mi animal de poder

 Le puse nombre y no voy a decírselo a nadie. Porque soy yo.

Amalia me dijo que le preguntara sobre un problema que tuviera o algo que me mlestara. Que le pdiera que me mostrara cómo se representa mi conflicto en el mundo de abajo. Pensé en mi angustia por dejar mi casa. Irme y no saber qué pasa acá. Inmediatamente mi felicidad con manada en la pradera se transformó en yo sola con la espalda contra un acantilado y un abismo de roca que se me abría en la punta de los pies. Amalia me dijo que era mi mundo y yo podía hacer lo que quisiera para superar esa dificulatda, inventar, cambiar, tenía todos los poderes. De repente la tierra se hizo blanda, no fue roca cortante y pude sentarme y deslizarme como culipatín. 

Cuando Amalia me dijo que tenía que encontrarla forma de salir con o sin mi animal de ahí para volver al mundo de mi jardín y de la cueva por donde llego a él, avanzamos todes en patta y vimos que la montaña acantilado era de cartón y podíamos pistearla con las pezuñas.