lunes, 27 de enero de 2014

Qué alivio

Hace dos minutos me parecía increíble que todavía pudiera yo fantasear con lo mismo de siempre. Que intentara mil modos repetidos de decirme y convencerme de que algo era posible, de que el sexo, aunque más no sea... Es una felicidad comprobar que no estoy tan enferma. Que no sos, no sos, no sos vos. Soy yo. Y te veo dos minutos en la puerta y todo se acomoda en el no.

Sexo reparador

Anoche soñé que acomodaba mi cabeza en el hueco entre tu hombro y tu cuello, que me pegaba a tu cuerpo y sentía tus brazos, su bulto, su deseo, que te pedía que fuéramos a dar una vuelta juntos, que te aceptaba ir al telo. No sé si lo sueño para animarme a hacerlo en realidad o para evitar hacerlo en realidad.

Dos pero ninguno

De los dos hombres que podrían calentarme a fecha de hoy, uno fue mucho tiempo pero ya no quiero que vuelva a ser y el otro nunca fue ni puede llegar a serlo.