sábado, 2 de febrero de 2013

Es mucho para una madre

Rafa, después de ver El gran pez (que yo no vi todavía y él dice que está buenísima) me dijo que tenía ganas de leer algo que "Le cambie la forma de ver las cosas" (???), algo de alguien "inteligente pero bien", alguien que "esté confundido pero no boludo" (????). Se me entraron a cruzar los cables literarios y los maternales y le ofrecí: El juego de Ender Duna Un mago de Terramar La saga de los confines Alicia en el país de las maravillas La naranja mecánica Cuna de gatos Los viajes de Gulliver El principito El tigre de la Malasia El mundo de Sofía Humanos Los niños de Darwin No sé si hice bien. Opciones no le van a faltar... O sí. Anoche empezó La naranja mecánica.

Psicopateada materna para todos y todas

El otro día, en un momento de climax discutidor le digo a Rafa: "Si al menos estuvieran contentos laputaquelosparió, ¿es mucho pedir que estén contentos?"

Anotemos trucos

Una de las cosas que me pareció genial en las novelas de Muñoz Molina es que aparecen personajes algo fantasmales, cuyas historias se aluden apenas, de refilón y luego se van completando durante otras apariciones para sorprenderte con el sentido de esa vida "secundaria" (un vecino, un almacenero, el amigo de un amigo) recién en el final. Buen efecto de tensión, sin llegar a ser suspenso, efecto de rompecabezas que se completa.

Autoficción

Todo enero estuve leyendo a Muñoz Molina: Carlota Fainberg como tema de monografía para Española III me llevó a El jinete de la luna (en mi propia biblioteca) y El jinete polaco y Beatus Ille (en mercado libre). Muy impactante, movilzador que le dicen. Al final de Beatus Ille, Rafa me pescó llorando sobre el libro (le tuve que contar un poco para que me creyera que era sólo por eso). También aprendí que la "autoficción" es un género en sí mismo, que muchos autores se han puesto a sí mismos (o sus nombres) como personajes en sus narraciones. Y Muñoz Molina retoma genialmente su infancia, su juventud y las historia de toda su familia magistralmente. Deberían haberme dado ganas de seguir con Paulita y la tía Inés.

Capas de una misma

Hace meses que no vengo por aquí. Se ve que lo interior está tan expuesto como para aparecer en feis o en Lunes por la madrugada o en Dígame licenciada o hasta en Paula Poeta. O que estoy rumiando tanto que no sale por ninguna parte.