Me sorprende siempre (y me sorprende la sorpresa misma) leer mis propios poemas. No me los acuerdo. Me reflotan la memoria de una manera extraña. Me encanta escribirlos y dejarlos ir.
Hoy salió uno para concurso. Otro está siendo dibujado y editado. Otro está en cuaderno a mano. Y un cuarto (de los inéditos pero sería sexto contando los dos ya editados) está en ese momento en que digo ¿Existís o te reciclo?