miércoles, 12 de septiembre de 2012

Hijo gande

Cómo extraño a Julián. Es enorme la extrañeza que me causa pensar que tiene su casa, su trabajo, su vida completa en lugares donde no lo veo ni depende de mí. A veces es un abismo de pánico, a veces un mar de orgullo, pero extraño, siempre muy extraño.

Dificultades

Lo único que me ayuda cuando no sé cómo ser buena madre es acordarme lo difícil que era ser buena hija.

viernes, 27 de abril de 2012

Somnolienta

Estoy durmiendo mucho. Embarazo no es así que las opciones son: vagancia, depre, cansancio, sueño.

sábado, 7 de abril de 2012

Relato enmarcado

Se me ocurrió el otro día (me olvidé de anotarlo en alguna parte; no me puse a ver cómo funciona realmente en la novela) que podía "cortar" lo que tengo hasta ahora de La novela de la tía Inés y hacer como si eso fuera lo único que Paulita logró escribir "hace diez años" y seguir "ahora", cuando la tía Inés ya murió y Paulita no viajó nunca a verla y se quedó pensando y escribiendo mentiras o suposiciones y sin poder conocer ya la "verdadera" historia porque ya no hay a quién preguntarle.

Gracias por el sueño

Gracias porque fue con él y porque estábamos casados.
Yo aparecía ordenando mi biblioteca que tenía estantes muy altos de pared a pared en una casa de techos muy altos (tenía cosas como mi casa actual pero era más grande). Yo parecía trapecista allá arriba acomodando los tomos del Tesoro de la juventud que todavía no traje de lo de mi mamá. Eran tomos de tamaños diferentes, que yo ponía y sacaba en relación con otros libros míos que reencontraba o reubicaba. Me acuerdo que veía libritos de mis chicos cuando eran chicos y la colección de filosofía de mi vieja que tengo acá apilada mal sobre la alacena-nobiblioteca del comedor.
De repente yo me colgaba de los pies del estante alto y, cabeza abajo, le decía a uno de sus amigos que andaba por ahí (casa llena de amigos que van y vienen como siempre soñé) que dejaran de pellizcar el pastel de carne que había quedado del mediodía y si querían comer prendieran el horno y lo pusieran a calentar. El amigo era un actor morocho, de rulos, del que no me acuerdo el nombre (ni sé cómo buscar en google).
Yo seguía en lo mío y al rato volvía a colgarme hacia abajo y él estaba ahí mirándome con una cara de amor conyugal que espero no olvidarme en toda mi vida. Me decía que ya se habían ido todos, que ya se habían comido el pastel, que eran como las 11 de la noche y yo seguía allí arriba. Yo lo besaba sin descolgarme, aún cabeza abajo y era de esos besos no pasionales sino cotidianos, matrimoniales de los buenos, de los que dicen estoy acá porque elegí pasar mi vida con vos.

domingo, 25 de marzo de 2012

Lirio

Había una prima de mi mamá, una mujer de descendencia japonesa, casada con un primo hermano de mi vieja, a la que empezamos aver cuando nos mudamos a Bella Vista. Ella pintaba sumi-é, ahora me acuerdo, ahora me vuelven mis nueve-diez años y mi mamá yendo conmigo a su casa como en secreto, ir a "lo de la Lidia" como quien se escapa de algún lado o hacia algún lado. No sé cuál era el secreto, más allá de que no se llamaba "Lidia" sino Lirio y mi madre dejó de verla un tiempo en que yo dejé de ocuparme de ambas y volvió a verla mucho después para hacer con ella un taller de haiku en Morón. Otro escape de mi mamá, hacia la poesía. Tengo sus papeles de esa época entre sus papeles de muerta que me llevé de su casa.
El año pasado me encontré con una directora jubilada de una de mis exescuelas y me dijo que estaba haciendo un taller de haiku. Le dije de mi mamá que también hacía uno. Era el mismo, Liria (mi propio sincretismo de su nombre) seguía dándolo en Morón.
Hará una semana, diez días, la vi parada en la puerta de su casa por la que paso todos los días porque está a sólo diez cuadras de la mía. Una casa algo abandonada, llena de pastos y ramas crecidas donde no sé si vivió todo este tiempo o ahora ha regresado. Su marido, el primo de mi madre, estaba medio chapa, se lo veía hablando solo por las calles de Bella Vista con una barba blanca crecida hasta la cintura.
Quizás me anime a tocarle el timbre uno de estos días.

Si la alegría es brasilera, creo que la tristeza es japonesa





Etiquetado fantástico

Cada vez que escribo una entrada para este blog se me crea la necesidad de inventar una nueva etiqueta que lo abarque. Raramente encuentro, invento, otras entradas que agrupar bajo esa nueva etiqueta. Es raro, está bueno, tiene excepciones.

Un libro por día

El viernes terminé El asco de Horacio Castellanos Moya, el sábado El alma de Gardel de Mario Levrero, hoy Mil grullas de Yasunari Kawabata. Buena dosis. Me siento con el universo ampliado en tres dimensiones diferentes.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Lo que me sorprendió porque no me di cuenta de que lo dejé colgado

Dice Solares que después del excelente inicio del "carrismo" y las muchas Paulas que van llegando NO puedo mandarla a darse un baño porque la apago. Y es verdad: en el resto de las 80 páginas que llevo escritas se ha perdido tanto el carrismo como la multiplicidad de Paulas. En todo lo que sigue, mi personaje se ve más melancólica que enojada, más triste y solitaria y perdida que tanque de guerra en movimiento.

Otro de los talleristas me dijo que le gustaría encontrar un motivo puntual por el cual Paula fuera a tocarle el timbre a Inés. Algo más fuerte que "el camino del héroe" y la "búsqueda de autoconocimiento". ¿Por qué justo ese día, justo en ese momento de su vida, Paulita se decide? ¿Y si Paulita no se decide?

Lo que no sé cómo solucionar

Ya me lo han dicho varias veces en distintos lugares y momentos: Mi personaje tiene una fuerza terrible, se delinea perfectamente en pocos párrafos pero, pero, pero:
Primero: ¿Cómo es ese registro entre explicativo y guarango, entre muy "teorizante" y reo que contagia incluso al mismo narrador?
Segundo: ¿No estaría bueno saber hacia dónde va, qué mueve a Paulita, qué hace que esté tan enojada? ¿Cómo hacemos que la novela no se estanque?

Estirpe

Ayer leí tres páginas, las iniciales, de la novela de la tía Inés en el taller intensivo de novela de Martín Solares. Me dijeron cosas que me gustan mucho, otras que no me gustan porque me recuerdan que sé que no sé cómo solucionarlas y otras que me sorprendieron tanto que todavía no sé cómo calsificar.
Entre las buenas anoto las que tienen que ver con el linaje, la tradición que encuadra, las estirpes que elijo:
Solares alineó mi novela dentro del género "novela rabiosa" cuyas características serían avanzar como un tanque de guerra sobre todo lo que se le pusiera delante. Calificó el "carrismo" de mi personaje como una máquina que no se detiene ante nada.
Uno de los talleristas destacó que le gustaba el linaje femenino de Paulita, su elección de madres, tías, abuelas para definirse.

domingo, 18 de marzo de 2012

Mi problemita

Es que mi novela no es un animal, es una casa quieta. No avanza, no deja huellas. Es un lugar por el que una podría avanzar o mejor quedarse. Marcar los pies, pero mejor el hueco del culo en un buen almohadón.

La forma y la huella

Ayer, en su taller de novela en el CCEBA, Martín Solares dijo que cada uno debía pensar en la forma secreta de su novela (Dio ejemplos de novelas famosas). Pensar si su novela era un animal, qué animal, novelas que son tigres, o ballenas blancas, o gacelas, o pececitos negros.
Una vez que una tenía la forma de su novela, pensar cómo avanzaba, qué huella dejaba a su paso.

Taller de Martin Solares

Vi la convocatoria en una de mis tantas entradas en feis o similares. En el Centro Cultural de España. Encuentro de escritores latinoamericanos. Tema La violencia en la literatura. Mesas, debates y taller-clínica de novela al que había que inscribirse y ser seleccionado.
Superando levemente mi autoboicot, me anoté (gratuito, por mail, faltaba mucho). Pensé que mi novela de la tía Inés está abandonada desde octubre más o menos, pensé que en todo el verano no encontré ni una excusa para seguirla, auque un día me puse y pegué algunos archivos sueltos.
Hace diez días me mandaron mail diciendo que el tallerista, el mexicano Martín Solares, pedía, para hacer su selección 10 páginas de nuestra novela. Gran esfuerzo nuevamente: Las mandé.
La semana pasada nos avisan que el primer encuentro, el del sábado 17 va a ser para todos los inscriptos y ahí se van a anunciar los 10 que seguirán.
Fui ayer: muy lindo lugar, muy interesante el tipo, cuatro horas de escuchar y pensar y tomarme en serio lo de ser novelista, escritora. Dice Solares que había 52 inscriptos, que casi todos mandaron textos y ayer éramos sólo 19. Dijo que seguíamos todos pero que solamente íbamos a leer 5 páginas entre lunes y martes de 7 de nosotros. Fue nombrando, había gente que no estaba, fue agregando a su nómina. La última: ¿Paula Irupé está?
Me toca el martes.

viernes, 9 de marzo de 2012

Sueños verdaderos

Mi amigo Martu se me murió el miércoles. Soñé con mi mamá esa noche (suelo tener con ella sueños que me consuelan: la misma noche en que ella murió, el día de su cumpleaños y así). Ahora soñé que Martu llegaba adonde estaba ella y mi vieja me hacía un gesto típico suyo que significa "¿ Y éste qué pito toca? ¿Qué hace acá?".
Ayer domí todo el día. Esperando que otro sueño me mostrara la realidad.

domingo, 4 de marzo de 2012

Contar vidas ajenas

Algunas veces me da ganas. Investigar, imaginar, revivir la vida de otro, de otra, alguien que está muerto y no sabe que lo miro, lo admiro, lo cuento para otros.
Alguna vez se me ocurrió que la vida y los personajes representados por Alfredo Alcón merecían ese intento mío.
Ahora veo esto en el muro de Mauricio Kartun y se me vuelve a ocurrir:


Del archivo. Una foto desconocida y singular de Rosita de La Plata, la extraordinaria écuyère. A los seis años vendía flores en la puerta de Circo Arena, de Corrientes y Paraná. Un empresario la incorpora a una pantomima representada por niños, una versión de Cenicienta. Sorprendido por la condiciones de la piba le da a su padre mil pesos y la lleva a Europa a formarla en técnicas de pista. El contrato establece que durante los primeros diez años no recibirá sueldo alguno. En Londres se transforma en la artista ecuestre más importante de Europa, triunfando en el Cover Garden, la sala mayor del género. Un incendio destruye ese local entonces viaja a Buenos Aires contratada por Frank Brown, el payaso mítico. Enamorada de Antonio Podestá, quien será su primer marido, y luego del propio Brown trabajará entre nosotros hasta su muerte, en los ´40.

viernes, 2 de marzo de 2012

Escribir a partir de la imagen

Lo hice en la escuela primaria y en la secundaria, alguna vez se lo propuse a mis alumnos y alumnas, en el taller de Mairal produjo uno de mis cuentos preferidos ("¿Para qué es el pozo?").
Acá junto figuritas para momentos de inspiración. De Boris Indrikov, una maravilla de colores otoñales que parecen tener historias guardadas.






martes, 21 de febrero de 2012

Bello, inútil y secreto

Qué bello está quedando el más inútil de mis blogs secretos.
Quizás ponga con letra blanca o más negra las reflexiones sobre la escritura que ocupan mi columna de la derecha.
Me gusta mucho esta transparencia de árboles que le encontré a la plantilla. Es como no escribir en un plano sino en el aire, entre las hojas verdes no las blancas.

Que sea real

Magdalena siempre ha leído. Libritos de niña que le compraba mamita. Cuentos de escuela primaria. Todo normal hasta la adolescencia. Cuando me pidió (¿me lo pidió ella o se lo traje yo por recomendación de mis alumnas de su edad? Quizás fui yo misma la que sembró aquel primer germen...) Absurdah (Creo que yo se lo nombré y ella ya lo conocía de nombre y a mí me pareció lindo regalárselo. Estoy segura de que yo lo compré y se lo traje y fui feliz dándoselo a leer) yo no sabía que iba a pasar los siguientes años (de sus 14-15 a sus actuales 17) pidiéndome libros "como ese" porque dice que acá, en casa, en mis nobibliotecas, "no hay nada para leer".
No quiere ficción porque "son mentiras". Acaba de terminar El abanico de seda de Lisa See y, aunque le gustó, dice que "la vieja boluda me dice al final que inventó todo, que investigó pero que si se equivocó algunas cosas es por su culpa". No hay modo de convencerla de que eso es la literatura.

Preñada eternamente

Cuando leo, cuando leo cosas que me exitan, que me rebalsan, que me fecundan, que hacen que todo crezca y se agite nuevo dentro mío (Ahora, por ejemplo, leo Soy un bravo piloto de la nueva China), pienso que voy a sentarme en mi escritorio, en la vieja Pentium 1 que uso como máquina de escribir (en oposición a esta nueva, escolar y manipulable net que uso para bloguear, para feisbuckear) y voy a escribir-reescribir-continuar mi propia novela (ésta que NO estoy escribiendo ahora o cualquiera de las anteriores que dejé por la mitad, por la cuarta parte, por la décima) con todo aquello que madura, que nace, que se reproduce en mí.
Y no. Me repongo del encuentro amoroso, me quedo con todo adentro. Y no hay parto. No.

lunes, 20 de febrero de 2012

Mezcla explosiva

Ayer leí: dos capítulos de Cuarteles de invierno de Osvaldo Soriano, dos capítulos de El vuelo del tigre de Daniel Moyano y dos de Moby Dick de Melville. Anoche lo dejé reposar. Hoy le agrego Soy un bravo piloto de la nueva China de Ernesto Semán.

Me gusta leer así: a lo loco. Me doy cuenta de todo lo que ha estado en mis estantes mirándome durante tanto tiempo y yo sin avivarme de nada. Noto las combustiones de papeles entrechocándose en mis nobibliotecas, incluso a través de casas distintas, d emudanzas en baúles de autos y en camiones, hasta producir este encuentro de hoy. Que saca chispas. Que arde.

martes, 31 de enero de 2012

Descubriéndome en Rebecca

Hoy la encontré. Encontré sus dibujos en un video que compartió en feis Déborah Balietti. Mi Lunes por la madrugada ya está lleno de ella.
Creo que podría escribir un cuento a partir de cada una de esas imágenes. Todos comenzarían con "Cuando..." (Por ejemplo: "Cuando vio la sombra de su gato proyectada sobre el piso" o "Cuando su pollera blanca se infló como una medusa bajo en agua...") y hablarían de lo poco niña que fui cuando era chica, lo escondida que estuve y todo lo niña que soy ahora que soy grande.


miércoles, 25 de enero de 2012

Tiempo robado

Hoy el día me parece más lento que los normales. Como si tuviera algún pliegue que se ha desplegado mientras releía y corregía en la máquina vieja, la que tengo en mi cuarto, los cuentos míos que quiero mandar a una revista literaria.
Siento como si hubiera hecho algo prohibido, algo fuera de la norma, y ahora que terminé, que cerré el archivo y se lo mandé a mis dos profes de taller para que me escriban recomendación, estoy en un tiempo suplementario, repetido en otra parte, de más.
Me parece como si eso que ¿produje? ¿creé? fuera un pólipo crecido sobre la línea de los hechos cotidianos. Tengo que hacer mucha fuerza para no arrancar esto que "sobra" de mi vida normal. Debe ser por eso que me cuesta tanto sentarme a escribir y que cuando estoy allá apenas un par de horas salgo corriendo, fóbica.

martes, 24 de enero de 2012

Flores rosas

Dormimos anoche con todo abierto y la tormenta desparramó las flores rosas del árbol del fondo por todos lados: pegadas a las veredas, en la pelo, contra las macetas formando caminos húmedos, en la cocina, sobre la mesada, en los sillones, atrapadas por alguna telaraña rinconera, en las patas de los gatos, en mi pelo.

Función específica

Creo que, en el inicio, allá por 2004, los blogs nacieron con una función más "privada"... No. Más "personal" sería mejor decir... Como que eran algo derivado del diario íntimo, del texto confesional, de la bitácora (¡Cómo me gusta la idea de bitácora a bordo de algo!).
Ahora toda institución personal y grupal, toda actividad, todo mundo tiene blog. O ha dejado de tenerlo reemplazada por las redes sociales.
ROPA INTERIOR quizás sea eso: Un poco de la "privacidad" que LUNES POR LA MADRUGADA nunca tuvo con sus textos de todos lados y su variedad acumulativa.
Si, en el fondo, yo siempre fui una chica de las que escriben un diario íntimo desde los 12 años...

domingo, 22 de enero de 2012

Etiquetar

Una pasión no relacionada con las clasificaciones reduccionistas ni con el cambio de precio en el supermercado. Poner etiquetas en un blog es una combinación extraña de sagacidad, alusiones más o menos indirectas y apelación poco confiada a la memoria (propia que no recordará, seguro que no, con qué criterio agrupó, creó, encasilló, las entradas de este blog o del otro o del otro).

Aquí

Estamos solas. Es raro. Nadie nos lee, nos ve, aunque la posibilidad existe. Estamos escondidas y a la vista de todos. Estamos como a la caza (no como el cazador sino como la araña en su tela) y a la vez somos la presa que esquiva la trampa.

sábado, 21 de enero de 2012

Segunda


No me gustan ninguna de las plantillas de bloguer. ¿Por qué los datos de publicación, etiquetas y esos chirimboles quedan tan pegados al texto? ¿No hay respeto, digo, espacio físico de distancia, entre texto y paratexto? Qué barbaridá. (Mientras sigo probando cómo se ve esto)










:)

Arranque

No sé. Recién, de repente, blogueando, leí algo sobre un "refugio interior" y me pareció recursi. En cambio se me ocurrió que sería lindo tener un blog que se llamara "Ropa interior". No sé para qué y qué contendría (que no tengan ya Lunes por la madrugada, Paula Poeta y Dígame licenciada) pero bué: No hay que reprimir las ganas de bloguear.









:)