domingo, 2 de febrero de 2020
El puto equilibrio no
No logro medir (qué ganas de joder con las medidas) hasta dónde me quejo de llena o me autoconsuelo o me engaño a mí misma. Me siento tan entera, tan contenta, con mi vida, con lo que hago, con mi cuerpa, con mi casa, con mis hijes, que no entiendo por qué no tengo a nadie con quien compartir completamente mi vida. No hablo de pareja, que quizás no sea necesaria, extraño la confidencialidad, la confianza, la entrega.
Podría ser una amiga (forra Silvana) o un amigo (Martín muerto) o mis hijes ya adultes (siguen tratándome como "má" y me ocultan y les oculto cosas más hondas). A veces pienso que lo que deseo no existe. Que nadie se conecta con nadie del modo que yo imagino. Después me acuerdo que ya dijo esto a los 17 años en cuatro versos y me meto el fastidio en el orto.
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