martes, 21 de febrero de 2023

Dysphoria mundis

 Leo a Preciado. Me siento acompañada. Justifico mis malestares y mis dramatismos como mal de época y paso hacia la utopía.

No me permito ocuparme de mí misma en exclusidad, lo sé, lo odio. Lucho contra el estar pendiente del celu o de la puerta, de los perros o del bombeador que no termina nunca de llenar el tanque. Mis plantas me aplacan un poco, atenderlas, regarlas, verlas crecer me permiten ser útil y buena como si todo lo que hago sin cuidar a otres fuera inútil y ridículo, malvado, egoísta, causa de catástrofes.

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