Están revocando todo el muro de les vecinos que da sobre mi pasillo. El albañil, un simpático que me dice Buen día, Paula y Gracias, Paula, le grita a su cumpa: Pásame el fratacho. Y me trae una plaza con artesanes. Mijito bebé y un títere verde que repetía función varios findes mientras armábamos nuestro puesto: Mi nombre es Fratacho, cantábamos después durante toda la semana.
No seré Proust pero me funciona la evocación auditiva.
Anoto qué feliz he sido durante diferentes etapas de mi vida. Y qué felices han sido mis hijes a pesar de mis miedos y dudas. Qué felicidad creativa y dulce.
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