martes, 2 de enero de 2018

Culpa materna y tranquilidad del hijo

Siempre me persigo con la nopaternidad del padre de mis hijos e hija y cuánto de culpa tengo yo en eso. Las fiestas potencian mi necesidad de familia y mis nopedidos sacrificios para conseguir una versión edulcorada de eso. Ayer Belén, mi nuerita por parte de Juli, me preguntó por Gustavo que no estuvo ni fue traído por mí esta vez. Le conté mi noganas de andar consiguiendo lo que no existe y detrás saltó Rafa, que casi nunca me tranquiliza sino que es de lo que aman meter en dedo en culo llagado ajeno, contándole a su cuñada pero sé que era para mí y delante de mí, aunque no dijera "Mirá, má, lo que me hizo pá": Dijo Rafa: "El otro día le pregunté a mi papá por qué nunca me invitaba a su casa o la de sus hermanas cuando se juntaba. Porque nunca, eh, nunca me invita. Y me dijo "Es que soy medio celoso". Y eso es de forro ¡no? No es ser celoso, es ser bien forro." Indebatible.

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